La capacidad de amar no se improvisa, requiere todo un proceso formativo, en el cual se debe aclarar ideas, afinar la sensibilidad para los valores, adquirir el poder de tomar decisiones firmes y aprender a cumplir las promesas que se hace.
Educando en el amor cumplimos con las siguientes funciones:
- Preventiva: Porque nos adelantamos a las dificultades o problemas que se nos presenten.
- Volitiva: Porque va dirigida a la voluntad de cada persona donde se mueve el "querer". La voluntad nos ayuda a buscar el bien.
- Formativa: Porque enseñamos una escala de valores, conocemos esa jerarquía.
- Intelectiva: Porque apunta al conocimiento y búsqueda de la verdad.
La tarea formativa consiste en abrir horizontes nuevos al deseo humano, aprender a valorar lo que todavía no tenemos en la mano, pero que nos llama a que lo realicemos debido a su valor. El amor es el final del camino.
Recomendaciones:
- Planificar la educación quiere decir que los padres deben de haber conversado en "lo que quieren para sus hijos". No podemos exigir aquello que no han sido preparados.
- Hablar siempre con la verdad a los hijos. Decir la verdad obliga en ocasiones a profundizar nuestros conocimientos leyendo más, preguntando a otros.
- Cada hijo es cada hijo, por lo tanto no se puede educar a todos por igual ni compararlos.
- Un niño cuyos padres están presentes y le dedican un rato a hablar con él y a preguntarle cómo le ha ido en el hijo, es un niño más tranquilo y comunicativo.
- Fomentar la práctica de deportes, y si se comparte con ellos es mucho mejor. El hacer cosas juntos hace que los lazos en la familia sean más fuertes.
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